Edificio Garaje, proyectado por el arquitecto José María Sainz de Aguirre en el año 1941 es hoy uno de los ejemplos más destacados y emblemáticos de la arquitectura industrial del Movimiento Moderno en el Ensanche bilbaíno, uno de los último vestigios de la historia arquitectónica de entonces que aún conviven con el Bilbao del nuevo siglo.

El edificio conocido realmente como Garaje Ellacuria, situado en la esquina de J.M. Escuza con Alda Urquijo, se encuentra definitivamente inscrito como Bien Cultural en la categoría de monumento en el Inventario General del Patrimonio Cultural por el Gobierno Vasco, según resolución publicada en el BOPV de 9 de febrero de 2011.

Su historia nace tras la guerra cuando numerosos edificios de extraordinaria calidad fueron construidos en la zona del Ensanche de la Villa. Edificio Garage finalizó las obras en 1943 con su característica estética.

La magnífica estética del edificio en chaflán responde al proyecto de  Sainz de Aguirre que aplicó las influencias del racionalismo expresionista, destacando el torreón de ángulo curvo, que se erige de manera majestuosa y con verticalidad sobre un edificio de marcadas líneas horizontales definidas por las cristaleras y vidrieras que abrazan las plantas primera y segunda donde debían instalarse las funciones de perfil más fabril.

Declarado monumento y conservando estética y detalles constructivos históricos, Edificio Garage brinda por una nueva y larga vida en las 84 viviendas que formarán parte del nuevo proyecto residencial.

Indautxu es el distrito residencial y comercial de la capital, el lugar en el que todo está a un paso. Donde trabajo y ocio se encuentran. El nudo en el que concurren todas las arterias que irrigan vitalidad a la ciudad.
En su origen barrio residencial perteneciente a la Anteiglesia de Abando, su nombre, Indautxu, puede traducirse como sendero o vía estrecha y hace alusión al camino que conducía desde los Jardines de Albia hasta el actual San Mamés pasando por la Plaza Moyúa y la calle Urquijo.
Fue elegido por la pujante burguesía local, a principios del siglo XX, como lugar en el que levantar al amparo de sus frondosas alamedas magníficas mansiones firmadas por arquitectos renombrados de la época como Leonardo Rucabado, Severino Achúcarro o Federico Ugalde, que compitieron en esplendor con las del Campo Volantín o Neguri.
Entre las mismas destacaron las residencias de la familia Allende, si bien apenas quedan vestigios de aquéllas pues el auge económico de los años 60 transformó el barrio totalmente para convertirlo en el foco de la intensa vida comercial y de ocio que hoy disfruta.
Elegido por el 65% de los bilbainos como el lugar preferido para vivir, Indautxu es epicentro de la vida cultural y social de la Villa y sus calles acogen cines, comercios, oficinas, salas de conciertos, hoteles, restaurantes o boutiques y son el escenario que alberga partidos y celebraciones de uno de los iconos más fuertemente arraigados en nuestra ciudad, el Athletic Club.